Como me hacen esto? Yo que llevo tan bien el estar al otro lado del charco. Y no extrañas?, que va! si estoy de puta madre aquí! Lo peor (o lo mejor) es que se lo creen, pero ahora aquí frente a este cartel celeste, frente a los ojitos de mi tocayo no puedo contener las lágrimas, aunque si el llanto, que tampoco es plan que la cajera de la Fnac (que me observaba con curiosidad intentando adivinar que miraba yo con tanta devoción) me vea llorar como una madre al ver a su niña expulsada del Gran Hermano.
Los atardeceres rojos del Atlántico, con mate y bizcochos, charlar de todo y de nada, el faro, el mismo del que habla Drexler, y esa oscuridad profunda y estrellada, llena de caipirinhas y amigos.
Y dormirte con la madrugada mojándote los pies...
Por suerte es viernes y es un buen día para soñar...
No digas que no es precioso, Krisol?
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2 comentarios:
Me he emocionado sin conocerlo, pero a ti te conozco una miqueta y tiene que ser la rehostia.
Me encantaría ir...
cabo-polonio.blogspot.com
tenes algunas fotos para seguir reviviendo
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